El Palacio del Marqués de Bermejillo es uno de los más bonitos y mejor conservados de la ciudad de Madrid. Situado en el Barrio de Almagro en Chamberí.
Francisco Javier Bermejillo y su mujer, Julia Schmidtlein y García-Teruel hicieron un primer encargo para hacer una residencia en este barrio, unos de los más aristocráticos de finales del siglo XIX. El encargo se le hizo al arquitecto Reynals pero la forma en la que resolvió la decoración del edificio no debió satisfacer a la Marquesa y en Diciembre de 1913 se le encargaría al famoso arquitecto santanderino Eladio Laredo que retocaría y terminaría el diseño más adaptado al estilo del Palacio de Monterrey, entre 1913-1916, en el madrileño Paseo del Cisne, hoy calle Eduardo Dato.
Rehizo totalmente la fachada revistiéndola, y le puso galerías, torres, rejerías y motivos heráldicos del Plateresco y hasta gárgolas, se dan cita en este edificio. Se le considera una de las obras maestras del estilo Neoplateresco. Los Bermejillo vivieron en él hasta 1932.
La fachada queda parcialmente oculta por el puente elevado que atraviesa el Paseo de la Castellana. La fachada principal, que da a la calle Eduardo Dato, tiene a los lados dos torreones con cubierta de teja a cuatro aguas, con un gran alero de madera. Hay una balaustrada entre las dos torres y por ellas se abren unas galerías.