Algunas imágenes de la calle de Alcalá del excelente fotógrafo holandés Cas Oorthuys.Año 1955
Nocturna
Puerta de Alcalá, autobús de dos pisos
Contraluz
Iglesia de las Calatravas
Comprando la prensa
El antiguo Banco Central, y autobús de dos pisos.
Algunas imágenes de la calle de Alcalá del excelente fotógrafo holandés Cas Oorthuys.Año 1955
Nocturna
Puerta de Alcalá, autobús de dos pisos
Contraluz
Iglesia de las Calatravas
Comprando la prensa
El antiguo Banco Central, y autobús de dos pisos.
Madrid ofrece en el principio de los años cincuenta, una situación muy favorable en los que respecta a la seguridad de sus habitantes. Posiblemente sea Madrid, durante este largo periodo que se incia al final de los años cuarenta y acaba en los primeros setenta, la ciudad más segura de Europa. Las noches madrileñas son una maravilla, pudiéndose pasear por sus calles poco frecuentadas sin temor a sorpresa alguna. Lástima que refresque, al decir del marqués de la Valdivia, presidente de la Diputación Provincial y personaje muy conocido de la vida social, sobre todo durante los festejos taurinos de San Isidro y otros de índole similar. Claro que la frase del marqués no deja de ser una broma divertida, puesto que se refiere especialmente a las tórridas noches del verano, cuando tantos y tantos vecinos angustiados se revuelven insomnes sobre los recalentados lechos y algunos más decididos, se suben a la azotea con el colchón a cuestas.
(Fotografía del blog 20 minutos.es)
Que las noches de la capital de España sean tan seguras se le debe en buena medida al cuerpo de serenos. Esos mocetones, asturianos en su mayoría, tocados con una vieja gorra de visera, enfundados en un guardapolvo de color indefinido y sin más ayuda que el chuzo con cuyo golpeteo responden a los requerimientos del vecindario y el pito o silbato para el caso ( improbable caso ) de que deban pedir auxilio a un compañero. " ¡ Sereno! ", grita el vecino retrasado, al que han dado las tantas en la calle y no lleva encima la llave del portal porque ésta además suele ser grande y pesada. "¡ Vaaa! ", se oye al instante. Y el trasnochador se tranquiliza, pues desde que hizo el llamamiento hasta que el sereno aparece ante sus ojos extrayendo el manojo de llaves de la faltriquera no ha cesado de escuchar los golpetazos del chuzo a intervalos regulares.
"Ay, sereno, serenito
de la calle de Amaniel
abra pronto el portalito
para refugiarme en él..."
Otras veces se les llama con palmadas, una, dos, tres, que resuenan profundas, delatoras en el silencio de la noche.
(Fotografía extraida de el rastro.com)(botones guardia municipal)
Durante el día son los guardias municipales. Ya no marchan en pareja, como los antiguos guindillas o los que para hacer mutis por el foro decían que se iban a dar una vuelta a la manzana en La verbena de la Paloma. Ahora es un guardia de distrito el que con una libreta en la mano y un lápiz haciéndole equilibrios sobre la oreja recorre despaciosamente las calles. Es la autoridad, claro, y tan imbuido está de ese papel que mete las narices en todo. Pero se lleva bien con los vecinos, especialmente con los comerciantes e industriales. también están los guardias de circulación, que se juegan el físico entre la barahunda de automóviles sin mover una pestaña. Pronto se observa que tal actitud gallarda es básica para su elección. Sus movimientos de ritual parecen mecánicos, como movidos por un resorte.
En otro momento veremos aquellos otros vestidos de gris.
(Los datos en la fotografía)
Para saber más:
Historia de Historia de la Villa de Madrid de José Antonio Vizcaino
Historia de Madrid de Federico Bravo Morata
LA ANTIGUA PARROQUIA
En la calle de San Justo, en el corazón del Madrid de los Austrias, se encuentra la Basílica Pontificia de San Miguel, cuyo nombre recibe por la antigua parroquia de los santos Justo y Pastor, que fue una de las diez parroquias más antiguas de Madrid, citada en el Fuero de 1202, y una de las que contaba con menor espacio parroquial.
Dedicada a los niños Justo y Pastor, naturales de Alcalá de Henares, martirizados en tiempos del Proconsul Daciano el 6 de agosto del 304.
Este templo de San Justo y Pastor sufrió,en 1690, un incendio que la destruyó. Teodoro Ardemans proyectó una nueva iglesia que no se llegó a construir, y cuyos planos se conservan en el Museo de Historia.
Fueron enterrados en esta parroquia, el padre de Quevedo, así como sus abuelos maternos y un hermano y en los libros parroquiales se encuentran las partidas de defunción de Alonso de Ercilla, del padre de Miguel de Cervantes, Rodrigo, Francisco López de Zárate, de miembros de la familia López de Hoyos, Jerónimo y Francisco de la Quintana o el doctor Godínez.
LA ACTUAL:
El actual templo de San Miguel, el mejor estilo barroco italiano del siglo XVIII, fue mandado construir por el infante don Luis Antonio de Borbón y Farnesio, siendo aún un niño y cardenal, por imposición de su madre Isabel de Farnesio, sufragando los gastos de la nueva iglesia, encargando el proyecto al arquitecto, discípulo de Guarino Guarini, Giacomo Bonavía.
El nuevo templo se comenzó a construir en 1739, ocupando el solar del antiguo cementerio, enfrentándose el arquitecto con el reto del poco suelo disponible. El resultado fue el que hoy podemos contemplar, una iglesia que se eleva sobre las casas de alrededor, haciendo posible su vista desde puntos concretos , con hermosas vistas desde Puerta Cerrada, la Morería o el Viaducto.
Abre su única puerta, con batientes de madera con relieves, y sobre ella medallón con las figuras del martirio de los santos niños Justo y Pastor, obra de Batolomeo Carisana. A los lados, dentro de hornacinas, encontramos dos esculturas en piedra, representando Virtudes. A la derecha la Caridad, en donde una mujer se dedica a amamantar a unos niños. En el lado contrario se halla la Fortaleza, matrona que se apoya en una columna. Ambas esculturas son de Roberto Michel. Arriba, en los cuerpos laterales encontramos otras dos Virtudes. A la derecha la Fe, sujetando el cáliz con la hostia, acompañada por un angel. Al lado opuesto la Esperanza, sujetando un ancla. Estas dos últimas esculturas son obra de Bartolomeo Carisana, del mismo autor es el escudo de armas del cardenal-infante y loa angeles que sujetan la cruz en la parte superior.
Monumento Nacional desde 1984, por Real Decreto de fecha 28 de noviembre.
Para saber más:
Iglesias de Madrid. Ed. La Librería
Iglesias Antiguas Madrileñas de Ramón Hidalgo Monteagudo "Madrid de Bolsillo"
Catorce fotografías de diferentes años y autores que muestra el comercio que generaba esta celebración.Recuerdo la excitación que tenía ese día, aquel Domingo de Ramos, yo también había estrenado, era lo mandado por la tradición, en ese caso unos calcetines. Recuerdos!!!
AÑO 1900 Plaza de Santa Cruz Archivo Arcimis
AÑO 1917 Plaza de la Provincia Archivo Arcimis
Puestos de venta callejera con motivo de la Romería de la Cara de Dios (Viernes Santo) Año 1900 Autor de Salvador Azpiazu archivo AMVG.
Venta callejera en 1942 de ramos de olivo. Otto Wunderlich
Aleluyas de la Pasión año 1952 Campua
Vendedora de aleluyas a la puerta de Las Catatravas año 1952 Campua
Unos niños a la puerta de San Manuel y San Benito, contentos con sus Palmas nuevas. 1953 Campua
Vendedoras y niños en la misma iglesia anterior 1953 Campua
Vendedora callejera de Palmas en 1953 Campua
Llevando un encargo 1954 Campua
Ahora hay que bendecirlas, o puede ser que ya lo estén 1954 Campua.
(Tranvía de otra línea pero igual modelo y mismo año)
En 1952, concretamente el día veintiocho de mayo, y a primera hora de la mañana, se produjo el descarrilamiento de un tranvía en la línea que enlazaba la Plaza Mayor con el distrito de Carabanchel. Ocurrió a la altura del Puente de Toledo y, como era habitual, el vehículo transitaba cargado de viajeros. Murieron quince personas y más de un centenar resultaron heridas. El infortunado suceso tuvo un amplio eco de dolor y lamento en todos los sectores de Madrid, pues desde hacía tiempo el pueblo usuario de tal medio de transporte venía denunciando el exceso de gente acumulada en las diversas paradas del trayecto, lo que podía traducirse, como así fue- en un accidente trágico.
La prensa había apoyado estas quejas de los madrileños, insistiendo en la escasa dotación de tranvías para determinadas líneas, en el mal estado de los mismos y de los carriles circulatorios, pero la autoridad hizo lo de casi siempre: oídos sordos. De esta manera, por grave responsabilidad, el ayuntamiento se vio forzado a indemnizar a las familias de las víctimas y el alcalde, que era el conde de Santa María de Babio, a dimitir poco tiempo después. Fue sustituído por otro conde, el de Mayalde, cuyo nombre completo era el de José Finat y Escrivá de Romaní. Como el nuevo alcalde era dueño de una ganadería de reses bravas el ingenio popular dio en decir entonces, acerca de su aceptación al nombramiento, que éste era el " primer Mayalde" que tomaba una vara sin revolverse.
Fuente ABC de esa fecha.
En 1951 Madrid se conmociona con el crimen del Monchito, y eso que el caso en sí no puede ser más simple e ingenuo. " Un tonto para el patíbulo" subtitula Francisco Hernández Castanedo este episodio en su libo, El Madrid tremebundo". Ramón Oliva, el Monchito asesinó el 11 de enero de ese año a Juana Arribas, en el piso segundo de la casa número seis de la calle Ecija, en Madrid.
(Imágen tomada de todocolección)
El tal Monchito, que había trabajado como lavacoches por algún tiempo (poco, que el trabajo no era su fuerte) en el taller mecánico del marido de la víctima, se acordó un mal día de que en el domicilio de su antiguo jefe solía guardarse dinero habitualmente. Y hacia allí se fue, con intención de entrar en el piso, lo que consiguió contándole una "milonga" a su esposa. Una vez dentro, le asestó varias puñaladas mortales en el cuello. No más de doce días iba a tardar la brigada de investigación encargada del caso en descubrirle. Luego de dar con su pista, con las pruebas del crimen encontradas en la vivienda de sus padres, resultó fácil imputarle de tan absurdo como inútil asesinato. Las pruebas consistian en una buena parte de las setenta mil pesetas robadas, un reloj de pulsera, dos plumas estilográficas, así como un traje y una gabardina manchados de sangre. El Monchito fue detenido, juzgado y ejecutado un años despuésen la cárcel de Carabanchel
El Monchito se pasó la última noche en capilla deshecho de puro llorar, pero como la esperanza nunca se pierde, rellenó una quiniela. Dijo que al día siguiente estaría jugando a los bolos con los angelitos y dejó un hijo sin apellidar.
Los cafés madrileños de aquella época eran toda una institución dentro de la marcha general del país, y un gobernante tenía mucho cuidado, antes de firmar una disposición trascendente, en tantear el estado de opinión, preguntando a sus consejeros habituales : " ¿ Qué se dice por los cafés?".
Era importante, sobre todo, lo que se discutía en el café Lepanto, de la plaza de Santo Domingo, donde habitualmente se reunían los republicanos de orientación federal, que, naturalmente, no se habían resignado a la brevedad de su República del setenta y tres, y eran importantes los comentarios del café Nuevo, de la calle de Alcalá, donde las tertulias republicanas y monárquicas solían acabar sus discusiones en duelos en las tapias del Retiro.
(Imagen Antiguo Madrid)
Un centro clave de aquellas reuniones eran el popularísimo Fornos , que entre otras tertulias albergaba una llamada la Farmacia, a causa de que el grupo era de lo más variado, es decir, que en aquel sector, había de todo como en botica.
En Fornos se reunían por entonces figuras tan destacadas como Lagartijo, Llinares Rivas, el duque de Tamames, Frascuelo, Spottorno, Gayarre y cien más de todas las actividades públicas.
En el castizo café de la Iberia, había varias tertulias más, una de ellas presidida por el propio Sagasta, otra prestigiada por la presencia de Salustiano Olózaga. Se encontraba en la madrileña carrera de San Jerónimo número 29 en frente del Teatro Reina Victoria desde el primer tercio del siglo XIX.
En el café Ayala se reunieron en una comida personajes como Galdós, Castelar, Cánovas, Madariaga y Echegaray.
En las mesas del Lyon d ' Or estuvo Don Santiago Ramón y Cajal , que alternaba sus inquietudes científicas con las literarias.
Imposible pasar por alto el nombre del más célebre de los establecimientos comerciales de la época de Alfonso XII: "Lhardy". Este café restaurante fue fundado en el número 6 de la carrera de San Jerónimo exactamente el año 1839. Comer en Lhardy era un acontecimiento, porque, además daba ocasión a mostrar al invitado los conocimientos de la lengua francesa y el aire de mundología, de estar en Europa.
(Grabado de época)
El café Suizo se inauguró el 3 de junio de 1845 por dos suizos llamados: Pedro Fanconi y Francisco Matossi. El típico bollo de la pastelería madrileña denominado suizo se elaboraba en este café. Bollo que posteriormente tomo el nombre del local y que se vende hoy en día en las pastelerías.
Para saber más:
Historia de Madrid de Federico Bravo Morata
(Enrique Poncela Jardiel)
Entre los años sesenta y setenta, con los ánimos mejor templados y los estómagos más agradecidos que en años anteriores, puede abrirse camino en Madrid un género teatral que precisa del sosiego y la bonanza para desarrollarse. Trátase de la comedia, que ha de ser degustada por públicos inteligetes y sensibles. Primeramente clásicos cultivadores del humor como Enrique Jardiel Poncela, Edgar Neville, Miguel Mihura y Antonio de Lara, a quien todo el mundo conoce por "Tono", que ya vienen de lejos, pero que en estos años arrollan en los escenarios madrileños con el estreno o la reposición de sus obras. Luego aparecen nombres como el de Victor Ruiz Iriarte o José López Rubio, y también Juan Ignacio Luca de Tena. Hasta la llegada de Alfonso Paso, verdadero fenómeno de la fecundidad escénica, que llegará a tener representándose simultáneamente más de media docena de obras suyas en los teatros de la capital.
(Alfonso Paso)
Alfonso Paso era hijo de Antonio, preferentemente autor de obras musicales y de una artista muy cumplidora a la hora de parir. Decíase de ella que era quien andaba más despacio de toda España, pues cada año "daba un Pasito". A Alfonso no le tomaron en serio, al principio, la crítica y el público. Había contraído matrimonio con Eva, la hija de Jardiel Poncela y, claro, las lenguas viperinas aseguraban de él que tiraba del cajón de su suegro para confeccionar sus comedias. Pero, a juzº1ºgar por la enorme cantidad de ellas que escribió, sin duda debía tratarse del " cajón de las sorpresas". En resumen, muchos cajones harían falta para emular tan vasta labor creadora.
Os dejo aquí este apunte y si os ha gustado y os apetece compartirlo.
Para saber más:
Historia de Madrid de Federico Bravo Morata
Historia de la Villa de Madrid de José Antonio Vizcaino
Cuenta una leyenda que gobernaba en Madrid el moro Aliatar, enamorado de la bella mora Zaida, y para conquistarla organizó unos juegos y festejos en la plaza del Alamillo. Comenzó la fiesta de alancear a un toro. Resultó el astado bravísimo, y cada moro que intentaba clavar su lanza al animal, terminaba volteado y por los suelos.
Apareció un caballero cristiano que quiso probar suerte, y Aliatar se lo permitió pensando que correría la misma suerte que los demás. Pero el caballero alanceó al toro con gran precisión y acabó con la vida del animal. el caballero se desprende del casco y enseña su rostro: era el Cid Campeador.
Tras su victoria, el caballero abandonó la ciudad, pero ya había inflamado el pecho de la bella mora Zaida que, enamorada del cristiano, mandó disecar la cabeza del toro en recuerdo y colocarla en la fachada de su casa (en la actual calle del Toro). Cuentan que cada vez que Zaida suspiraba de amor, el toro mugía…
Parece imposible que esta leyenda fuese cierta pues sabemos que el Cid nunca estuvo en Madrid.
Leyendas Medievales de Madrid
...Los Teatros madrileños eran en el último cuarto del siglo XIX, el Real; el de la Zarzuela, situado en la calle de Jovellanos, con capacidad para 2018 personas, y cuyos antecedentes habían sido el antiguo el antiguo teatro de Novedades y el Circo de Price de la Plaza del Rey; el teatro del Príncipe, con 1112 personas, cuyo antecedente había sido el popularísimo "Corral de la Pacheca";el Circo, con capacidad para 2080 espectadores, como ya he dicho en la plaza del Rey; el teatro de Variedades, en la calle de la Magdalena, con cabida para 800 personas (auténtica cuna de la zarzuela española española;) el de Novedades, de la Plaza de la Cebada, con capacidad para 1600 espectadores y algunos más de menor cuantía.
(Representación del Corral de Comedias siglo XVII)
El teatro del Príncipe tuvo sus orígenes en su pasado relativamente remoto, puesto que allá por el año 1580 comenzaron las representaciones en el popularísimo " Corral de la Pacheca", situado en el número 31 de la calle del Príncipe. Aquel primitivo "Corral de la Pacheca", medido por el módulo general de los corrales de comedias de la época, representó todas y cada una de lasobras de los autores clásicos españoles: Lope de Vega, Moreto, Tirso de Molina, Calderón de la Barca y otros. En 1745 fue derribado el "corral" y edificado un teatrito modesto, que comenzó a llamarse del "Príncipe". Pero la verdadera historia como teatro serio comienza en 1806. En 1800 se había incendiado el edificio, casi todo de madera, y en su solar se levantó todo un teatro sutuoso, airoso y muy a la moda europea.
En el último cuarto del siglo XIX se presentaron dramas, sainetes, comedias y zarzuelas sin cesar, constituyendo pr ello el teatro del Príncipe uno de los puntales más firmes de la historia teatral madrileña. Actores como Julián Romea y Antonio Riquelme, actrices como Josefa Palma y Carmen Barriobiano, y al frente de la orquesta Cristóbal Oudrid, el autor del traido y llevado "Sitio de Zaragoza". El tetro del Principe hizo conocer a los madrileños muchas obras dramáticas y líricas, colaborando al auge de la zarzuela, que pocos añosmás tarde, en las fronteras del siglo XX, había de alzanzar su apogeo.
Este teatro del Príncipe vio una buena mañana llegar a los agentes de la autoridad, que iban a cerrarlo por no cumplirse las condiciones de arrendamiento, por haberse separado de la compañía Julián Romea.
Y como parece que se hace largo, en un próximo capítulo hablaremos del resto de teatros.
Para saber más: Historia de Madrid de Federíco Bravo Morata.
La vida tiene que continuar, hay que disfrutarla y dejar atrás aquellos momentos vividos a la fuerza.
Matrimonios con sus hijos, en una mesa, en las fiestas de Chamberí. Año 1940
Unos niños miran como el padre de otro compra un molinillo para su hijo. Año 1940
Este niño come, junto a su madre, en la calle deseando acabar para ir a jugar con su tesoro, su aro de metal. Año 1940
Estas dos niñas juegan, sentadas en unos bloques de piedra, con una muñeca. Año 1940
Estas niñas sentadas en corro charlan y juegan, una mujer pasa junto a ropa tendida y otra al fondo cose. Año 1940
Jugando un partido de futbol con chapas y el campo perfectamente dibujado con tiza. Año 1940
Todos los documentos fotograficos fueron realizados por Otto Wunderlich, estraídas del fondo WUNDERLICH de la FPH
El conflicto armado ha acabado, ahora toca reconstruir y retomar las vidas que fueron truncadas durante tres años.
Matrimonio sentados sobre en unos bloques y charlando después de haber comido Año 1940
La mujer ha llevado la comida al tajo y ambos dan buena cuenta de la pitanza con el puchero al lado de ambosAño 1940
Este grupo de obreros ya han comido y reposan al sol hasta que llegue la hora de volver al tajo. Año 1940
Mujeres cosiendo mientras toman el Sol sentadas en unos bloques de piedra y un grupo de personas pasean. Año 1940
Mujer haciendo punto apoyada en una tapia, otra cosiendo acompañadas por otra. Año 1940
Grupo de personas sentadas en bloques de piedra en una zona en reconstrucción. Año 1940
Ancianos tomando el Sol Año 1940
Todos los documentos fotografiacos están realizados por Otto Wunderlich,
Extraídos del archivo WUNDERLICH del FPH