Serie de fotografías tomadas, entre los años 1953 y 1954, por J. M. Pando Barrero, extraídas del fondo Pando de la F. P. H.
viernes, 29 de junio de 2018
MADRID DE NOCHE
viernes, 15 de junio de 2018
DOS MELLIZOS Y UNA LEYENDA
Esta historia comienza en la localidad de Carrión de los Condes en tiempos del rey Felipe IV, allí en un convento había una monja muy nilagrera por nombre sor Luisa, quién probto alcanzó mucha popularidad entre las gentes de los contornos. No tardó la Inquisición en tomar cartas en el asunto y, desde Valladolid, envió gente para detenerla y llevarla a la ciudad castellana para que prestara declaración. La detuvieron y, oor el camino, realizó algunos prodigios; el que más sobresalió fue en una venta, donde encontró a dos pequeños mellizos con su madre, a la que se le había retirado la leche, estando los críos a punto de fallecer de hambre; entonces la monja consiguió que los pechos maternos se colmaran. El suceso llenó de admiración a los que allí se encontraban, pero no convenció a sus guardianes. Aprovechando un descuido, sor Luisa huyó, pero enseguida fue encontrada y conducida a prisión, donde algunos años más tarde falleció. La madre de los mellizos regresó a Madrid, donde prontamente falleció unos de los mellizos; el otro más adelante contaría a las gentes el hecho prodigioso ocurrido en su infancia, y considerándole un elegido, empezó a recibir cuantiosos donativos, adquirió un importante capital en tierras y dinero. A su muerte, cedió el terreno de su casa a la cofradía del Santísimo Sacramento, dejando además una importante cantidad para misas por su salvación y especialmente, por la de su hermano.
Para saber más : Leyendas y anécdotas del viejo Madrid de don Francisco Azorín
sábado, 9 de junio de 2018
LA LEYENDA DE LAS MONJAS ENDEMONIADAS
El convento de San Plácido se encuentra a muy pocos metros de la plaza del Callao. Muchos habréis pasado frente a sus muros, pero muy pocos conocéis la leyenda de misterio y demonios que se esconde de puertas para adentro. El halo de santidad que tiene ahora contrasta con el pasado diabólico que se le adjudicó en la corte de Felipe IV.
Este convento fue en su día escenario de todo tipo de rituales exorcistas, debido a las continuas agresiones que las monjas sufrían por parte de seres infernales. Diferentes episodios de esta índole lograron que en aquella época se conociera a esas religiosas como las «endemoniadas» de San Plácido.
Varias historias y leyendas pusieron en el punto de mira al convento. Al poco de fundarse, comenzaron a escucharse rumores en la corte de que varias monjas habían sido poseídas por el demonio y que se las había visto tiradas en el suelo, con convulsiones y blasfemando a gritos.Todo comenzó cuando una joven novicia dio la voz de alarma al comenzar a realizar actos extraños, como dar voces y hacer gestos obscenos impropios de un religiosa. El confesor fray Juan Francisco García Calderón, comenzó a preocuparse por la situación, Y determinó que la joven estaba poseída por el diablo. Por este motivo se le practicó un exorcismo de urgencia que no dio buenos resultados: no sólo se pudo curar a esta hermana, si no que además otras veintiseis corrieron con la misma suerte.
El asunto llegó a extremos tan alarmantes que todas las moradoras de San Plácido, exceptuando a cuatro, cayeron bajo la influencia del Maligno. Los rumores llegaron pronto al Inquisidor General, don Diego de Arce de Reynoso, que abrió un largo proceso. Éste culminó en 1631 al dictarse prisión perpetua, ayunos y disciplinas para el confesor fray Juan Francisco García Calderón, que tras el tormento se autoinculpó de haber cometido actos pecaminosos con las monjas. Por su parte, la priora fue desterrada, mientras que la comunidad con el resto de las monjas fue repartida para evitar que los hechos se reprodujeran en un futuro.
Otro hecho sobre este convento lo podéis ver en la entrada publicada en este blog, el día 8 de enero de 2017
con el título: EL CRISTO DE VELAZQUEZ
viernes, 8 de junio de 2018
CASA PALACIO BRUNO ZALDO
Bruno Zaldo y Rivera nacido en Pradoluengo, 6 de octubre de 1836 fallecido en la misma localidad el 28 de agosto de 1916 fue un político, banquero y comerciante español, diputado y senador de las Cortes de la Restauración durante el reinado de Alfonso XIII.
Emigrante en México donde triunfó como financiero, volvió a España siendo uno de los fundadores del Banco Hispano Americano. Diputado y Senador en el periodo de la Restauración.
Encargó al arquitecto Eduardo Adaro, (que ya había trabajado para él en la construcción de fincas en las calles Juan de Mena y Felipe IV), en 1901-1903 la construcción de su casa palacio en la calle de Alfonso XII número 26, al lado del Casón del Buen Retiro, compuesto de sótano y tres plantas destacando los balcones clasicitas y unos miradores modernistas.
miércoles, 6 de junio de 2018
EL PRIMER BORBON MADRILEÑO
Luis I, el Bien Amado, primer Borbón nacido en Madrid, vio la luz el 25 de agosto de 1707 en el palacio del Buen Retiro. Hijo de Felipe V y de María Luisa Gabriela de Saboya. Los ciudasanos estaban contentos porque después de cuarenta y seis años, un infante de la Casa Real había nacido en España. los siete años de edad quedó huérfano de madre y una rígida tutela a cargo de la princesa de Ursinos y del desamor de su madrasta, Isabel de Farnesio, hicieron que su infancia fuera triste y desgraciada.
El siete de abril de 1709, es proclamado Príncipe de Asturias en las Cortes reunidas en el monasterio de los Jerónimos de Madrid.
A los siete años se quedó huérfano debido a la muerte de su madre María Luisa Gabriela de Saboya. Tuvo una rígida tutela a cargo de la princesa de los Ursinos y contó con el desamor de su madrastra, Isabel de Farnesio, hicieron que su infancia fuera triste y desgraciada.
Luis contrae matrimonio en Lerma (Burgos), el 20 de enero de 1722, teniendo solamente quince años, y la elegida es Luisa Isabel de Orleáns, que era hija de Felipe II de Orleáns que tenía doce años.
Luis descubre una relación amorosa de su esposa con una doncella. Como consecuencia de todo esto, Luis realizaba frecuentes salidas nocturnas por los barrios de prostitutas de Madrid.
Mientras Luis se afanaba en comprender qué ocurría en la cabeza de su esposa; otro loco, su padre, arrojó inesperadamente su Corona sobre él en enero de 1724.
Finalmente, el Rey ordenó el encierro de su esposa en el Palacio Real. Como relata Alejandra Vallejo-Nágera en «Locos de la Historia» (La Esfera de los Libros, 2006), el hartazgo tuvo lugar tras una recepción pública en la que la soberana se desnudó y empleó su vestido para limpiar los cristales del salón. «No veo otro remedio que encerrarla lo más pronto posible, pues su desarreglo va en aumento», escribió el joven Rey a su padre.
El encierro de casi dos semanas hizo recapacitar a la joven, que envió varias cartas a Luis pidiéndole perdón. Su arrepentimiento quedó patente cuando la pareja real enfermó de viruela, a mediados de agosto. Luisa Isabel de Orleans sobrevivió a la enfermedad y permaneció al lado de su marido hasta su último suspiro. Siete meses después, con su repentina muerte el 31 de agosto, terminó el reinado de Luis I. Reinó solo siete meses.
La reina viuda Luisa Isabel fue enviada de regreso a Francia, debido a que gozaba de pocas simpatías en la Corte española.
Y esta es a grandes rasgos del primer monarca Borbón madrileño
martes, 5 de junio de 2018
PALACIO DUQUE DE FRÍAS Y UCEDA
Diego Pacheco Téllez-Girón Gómez de Sandoval, XV duque de Frías y Uceda, encargó en 1807 su palacio de la calle del Barquillo esquina a la del Piamonte, al arquitecto Manuel de laPeña y Padura.
El XV duque de Frías, fue un aristócrata y político español, de los que en la guerra de la Independencia española optaron por el bando napoleónico y han pasado a la historia con la denominación de afrancesados.
En 1792 fue designado para el influyente, por su cercanía al monarca, cargo cortesano de Sumiller de Corps de Carlos IV de España y, después, fue embajador en Portugal.
A partir de 1808 ocupó altos cargos en la administración como Mayordomo mayor de José I Bonaparte. Fue uno de los principales agentes de la comisión redactora de la carta otorgada conocida como Constitución de Bayona, de 8 de julio de 1808.