Foto propia |
En 1212 reina Alfonso VIII, Madrid envía a la batalla de las Navas de Tolosa, que abriría la Andalucía a la conquista castellana a un contingente armado encuadrado en las huestes del Señor de Vizcaya, Alonso Lopez de Haro. El contingente madrileño participará entre otras acciones bélicas, en las tomas de Murcia y Sevilla, enarbolando una bandera en la que aparece un oso con siete estrellas en el lomo en un campo verde.
Imagen del libro Historia de la Villa y Corte de Amador de los Rios |
Para entonces ya estaba en curso, desde 1202, otro pleito, que tendría consecuencias trascendentales para la enseña de la villa de Madrid; el concejo civil y el cabildo eclesiástico discuten sobre el aprovechamiento de prados y montes; la disputa se extiende hasta el año 1222, con el resultado de la adjudicación de los pastos al cabildo y de la caza y los pies de árbol a la Villa de Madrid.
El cabildo se queda con la enseña del oso paciendo en un prado, mientras la Vila pone al oso en pie y lo sitúa contra un árbol en el que crecen frutos rojos. que lucían bien en la enseña, cuya identificación con los del madroño se produciría mucho más tarde
Las siete estrellas de ocho puntas se desprenden del lomo del animal y quedan tres a cada lado del escudo y una en el vértice inferior