Plaza de Santiago, 24,
La primitiva parroquia de Santiago fue demolida por José Bonaparte dentro de su política de derribos para dar amplitud a la zona en torno al Palacio Real. Sin embargo, muy poco después del derribo se decidió la reconstrucción de la iglesia, encargándose el proyecto a Juan Antonio Cuervo, que empezó las obras en 1811. La planta es centrada, con forma de rotonda inscrita en una cruz griega y un deambulatorio en tres de sus lados. El espacio central se cubre con una cúpula coronada por una alta linterna. La fachada principal es muy plana y sencilla, repitiendo esquemas característicos de la arquitectura madrileña, con paños lisos de ladrillo y granito de corte neoclásico en algunos de sus elementos, como el frente de pilastras y el entablamento clásico. Remata el conjunto un pequeño frontón curvo, poco académico, que cobija un gran ventanal.