María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros, duquesa de Santoña, fue conocida por su gran dedicación a obras de beneficencia y caridad en el Madrid de la segunda mitad del siglo xix. Se casó en segundas nupcias con el rico industrial y banquero Juan Manuel de Manzanedo y González (Santoña, 1803-1882), nombrado marqués de Manzanedo desde 1864 y duque de Santoña desde 1875, como gratificación por su contribución a la Restauración borbónica con Alfonso XII.
En los nueve años que duró el matrimonio, los duques de Santoña llevaron a cabo múltiples obras de beneficencia en Madrid. La más importante la fundación del Hospital Infantil del Niño Jesús, en la que la duquesa tuvo un claro protagonismo. Este hospital era uno de los primeros hospitales pediátricos de España y de Europa; su construcción data de 1876, fecha en que la que una Real Orden autoriza a la duquesa a fundar y mantener la Asociación Nacional para la Fundación y Sostenimiento de Hospitales de Niños en España. El hospital se inauguró en 1877, y ocupó al principio una casa de vecindad en el número 23 de la calle del Laurel, en el barrio madrileño de Las Peñuelas. Disponía de seis salas con camas de hierro y algunos lujos insólitos para la época, como un plato, un vaso y una taza de metal para cada paciente, o estufas en las salas.
El matrimonio residió en el Palacio de los duques de Santoña, en la calle de Las Huertas número 13, que había sido adquirido por Juan Manuel en 1874 para entregárselo en donación de arras a su esposa. Entre 1886 y 1880 encargaron su restauración a Domingo de Inza y Antonio Ruiz de Salces, famoso por su colaboración, junto con Francisco Jareño, en la construcción de la Biblioteca Nacional, y su reforma del monasterio de las Salesas. La duquesa de Santoña confió su decoración a los más renombrados artistas de la época, que convirtieron el palacio en una lujosa residencia y señalado lugar de encuentro de personajes importantes de la escena política y social del momento.
Cuando falleció su marido, en 1882, la vida de la duquesa de Santoña dio un vuelco inesperado, que terminó por arruinarla. Una hija ilegítima de su marido vino desde Cuba e interpuso una demanda contra ella, reclamando la herencia de su padre. Tras diez años de pleitos, la duquesa de Santoña tuvo que traspasar la herencia a su hijastra, y se la llegó a apodar “la duquesa mendiga”. El palacio pasó a ser propiedad del político Canalejas, hasta que lo asesinaron en 1912. Los herederos de Canalejas vendieron el palacio a la Cámara de Industria en 1933, y desde 1962 es la sede de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid.
El Sorteo del Niño nació a finales del siglo XIX gracias a la duquesa de Santoña, que lo creó para obtener fondos para un hospital de niños en Madrid (Hospital del Niño Jesus). El sorteo inicial se hacía en un formato diferente al actual y se trataba de una rifa en la que también se implicaban directamente los niños.
El nacimiento de uno de los sorteos más populares de España surgió por iniciativa de la granadina María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros, que quería buscar algún tipo de financiación adicional con la que poder hacer frente a todos los gastos que un hospital infantil ocasionaba.
Nacida en Motril (Granada).
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