A la Paza Mayor
Esta es la antigua calle de Boteros, así llamada porque aquel gremio se estableció en esa vecindad de la Plaza Mayor. Los boteros que hacían los magníficos zaques que habían de guardar en sus entrañas el mosto de Arganda y los vinos de Méntrida y San Martín, tenían por patrón de su hermandad al Cristo de la Resurrección, que se veneraba en la parroquia de San Ginés, y el día de Pascua salían con pendón y tamboril, llevando una especie de muñeco que figuraba a Judas, y después de pasearle por las calles desde el amanecer, con gran bulla y algazara, iban a la iglesia, de donde sacaban en procesión la efigie de Cristo, al que desde los balcones caía una lluvia de aleluyas.
Iban a esta calle y delante de sus tiendas armaban un cadalso, en el que las viejas ahorcaban a Judas, y después de ahorcado le quemaban en una hoguera. Después volvía la procecesión a la iglesia, en la que había una gran función. Y por la tarde se corrían en la plaza dos o tres novillos.
Fotografía Google |
El gremio de boteros fue luego estableciendo sus tiendas en diferentes puntos, particularmente en la calle de Toledo, y a la que llevaba aquel nombre se le puso el de Felipe III, por haber sido el monarca que mandó construir la nueva Plaza Mayor. El arco de Boteros fue teatro de hazañas importantes en los episodios de la jornada del 7 de Julio de 1822.
(Pedro de Repide)
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