sábado, 11 de junio de 2022

LA AVENTURA DE UNA MADRILEÑA


MARÍA CRISTINA ORIVE ALONSO

Nació el 14 de octubre de 1919 en Madrid. En el bachillerato, se afilió a Falange Española de las JONS, en la primavera de 1936. El comienzo de la guerra les cogió en Madrid. Querían salir de zona roja y, como quiera que su madre era de nacionalidad cubana, tras diversas peripecias, consiguieron embarcar en Valencia en un buque francés. Regresaron a España en 1937, a la zona controlada por los sublevados, y Mª Cristina se presentó como voluntaria enfermera en Salamanca para ayudar a la causa nacional. Estuvo sirviendo en el Hospital de la Santísima Trinidad hasta el final de la guerra.




En junio de 1941 era una de las pocas mujeres estudiantes de medicina, en la Universidad Central. Se alistó de inmediato a la recién creada División Española de Voluntarios. Habiendo poco antes revalidado su título de enfermera de Falange con el de Sanidad Militar, fue seleccionada en la primera expedición. El mando quería un equilibrio y las enfermeras de la Sección Femenina tenían que estar acompañadas por un número similar de enfermeras Sanidad Militar.

Salieron para el frente el 23 de agosto de 1941 en una nutrida expedición integrada por unas 60 enfermeras, varios médicos y sanitarios y tres capellanes castrenses que debían incorporarse al frente.


En Grafenwöhr (Alemania), tras una misa de campaña oficiada por el Páter más antiguo que iba en la expedición, ella y sus compañeras juraron fidelidad al Führer y se aprestaron a marchar a Rusia.


Pasaron por la Polonia ocupada y fueron enviadas, inicialmente, al Grupo de Ejércitos Centro en pos de la División Azul. A mediados de Septiembre del 1941 llegaron a Smolensko, en plena Rusia soviética. Allí estuvieron trabajando en hospitales alemanes después de una visita que hicieron al General Von Kluge. Aclimatadas al medio militar y sanitario alemán, el mando las envió hacia el norte, a Porchov, en la retaguardia lejana de la División Azul, donde se había instalado un hospital español. El trabajo allí fue muy duro porque el hospital se vio desbordado ante la avalancha de heridos y enfermos provocados por las operaciones de la Cabeza de Puente del Volchov en noviembre-diciembre del 1941. Vestían uniforme militar —diseñado por Balenciaga—. Ser enfermera en aquella despiadada guerra no era ninguna bicoca. Ambos bandos ignoraban las convenciones y liquidaban sin escrúpulo alguno al personal sanitario cuando se presentaba la ocasión.


En el mes de enero la ofensiva rusa se acercó peligrosamente a Porchov y se decidió clausurar el hospital español para evitar un posible copo. Mª Cristina de Orive y el resto de sus compañeras fueron trasladadas a los países Bálticos y el Reich. Ella fue a Königsberg, en la Prusia Oriental, donde se acababa de abrir un magnífico hospital para la División Azul. Los siguientes meses, hasta el verano del 1942, prestó allí sus servicios.


Una vez en Madrid, retomó la carrera de medicina. Tras licenciarse, se casó con Agustín Payno Mendicouagüe, “Camisa Vieja”, compañero de estudios y divisionario habiendo servido servido de sargento-médico en la 1ª Compañía de Antitanques de la división. Fue el autor de la música de varias canciones como "Gibraltar, Gibraltar", "cubre tu pecho" o el himno de su propia unidad. A partir de su boda se dedicó a su familia. Agustín se especializó en traumatología. Entonces regresó a Madrid, donde continuó trabajando de enfermera.


Años más tarde, cuando los niños se fueron haciendo mayores y dejaron el nido, Mª Cristina se dedicó a echar una mano en una guardería parroquial de manera altruista en la zona de San Blas. Enviudó en 1974 y entró a trabajar como médico pediatra en la Seguridad Social.





Fuente mve2esgm




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