ACCIDENTE EN 1921

El sábado 26 de marzo de 1921a la media tarde, el suelo del Café Lion, situado en el número 18 de la calle de Alcalá estába muy concurrido, se hundió. Los cimientos del edificio cedieron y cayeron al solar adyacente, donde se está construyendo en edificio del Teatro Alkazar. El hundimiento abrió un docavón de 3 metros de  ancho y diez de profundidad por el que cayeron al sótano casi todos los clientes. Hubo numerosos heridos, tres de ellos de gravedad, y un muerto. Otra de las víctimas fue el arquitecto que certificó la seguridad de la obra, Celestino Aranguren, quien falleció a causa de la impresión recibida al enterarse de la noticia.

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LA AVENTURA DE UNA MADRILEÑA

MARÍA CRISTINA ORIVE ALONSO

Nació el 14 de octubre de 1919 en Madrid. En el bachillerato, se afilió a Falange Española de las JONS, en la primavera de 1936. El comienzo de la guerra les cogió en Madrid. Querían salir de zona roja y, como quiera que su madre era de nacionalidad cubana, tras diversas peripecias, consiguieron embarcar en Valencia en un buque francés. Regresaron a España en 1937, a la zona controlada por los sublevados, y Mª Cristina se presentó como voluntaria enfermera en Salamanca para ayudar a la causa nacional. Estuvo sirviendo en el Hospital de la Santísima Trinidad hasta el final de la guerra.

En junio de 1941 era una de las pocas mujeres estudiantes de medicina, en la Universidad Central. Se alistó de inmediato a la recién creada División Española de Voluntarios. Habiendo poco antes revalidado su título de enfermera de Falange con el de Sanidad Militar, fue seleccionada en la primera expedición. El mando quería un equilibrio y las enfermeras de la Sección Femenina tenían que estar acompañadas por un número similar de enfermeras Sanidad Militar.

Salieron para el frente el 23 de agosto de 1941 en una nutrida expedición integrada por unas 60 enfermeras, varios médicos y sanitarios y tres capellanes castrenses que debían incorporarse al frente.

En Grafenwöhr (Alemania), tras una misa de campaña oficiada por el Páter más antiguo que iba en la expedición, ella y sus compañeras juraron fidelidad al Führer y se aprestaron a marchar a Rusia.

Pasaron por la Polonia ocupada y fueron enviadas, inicialmente, al Grupo de Ejércitos Centro en pos de la División Azul. A mediados de Septiembre del 1941 llegaron a Smolensko, en plena Rusia soviética. Allí estuvieron trabajando en hospitales alemanes después de una visita que hicieron al General Von Kluge. Aclimatadas al medio militar y sanitario alemán, el mando las envió hacia el norte, a Porchov, en la retaguardia lejana de la División Azul, donde se había instalado un hospital español. El trabajo allí fue muy duro porque el hospital se vio desbordado ante la avalancha de heridos y enfermos provocados por las operaciones de la Cabeza de Puente del Volchov en noviembre-diciembre del 1941. Vestían uniforme militar —diseñado por Balenciaga—. Ser enfermera en aquella despiadada guerra no era ninguna bicoca. Ambos bandos ignoraban las convenciones y liquidaban sin escrúpulo alguno al personal sanitario cuando se presentaba la ocasión.

En el mes de enero la ofensiva rusa se acercó peligrosamente a Porchov y se decidió clausurar el hospital español para evitar un posible copo. Mª Cristina de Orive y el resto de sus compañeras fueron trasladadas a los países Bálticos y el Reich. Ella fue a Königsberg, en la Prusia Oriental, donde se acababa de abrir un magnífico hospital para la División Azul. Los siguientes meses, hasta el verano del 1942, prestó allí sus servicios.

Una vez en Madrid, retomó la carrera de medicina. Tras licenciarse, se casó con Agustín Payno Mendicouagüe, “Camisa Vieja”, compañero de estudios y divisionario habiendo servido servido de sargento-médico en la 1ª Compañía de Antitanques de la división. Fue el autor de la música de varias canciones como "Gibraltar, Gibraltar", "cubre tu pecho" o el himno de su propia unidad. A partir de su boda se dedicó a su familia. Agustín se especializó en traumatología. Entonces regresó a Madrid, donde continuó trabajando de enfermera.

Años más tarde, cuando los niños se fueron haciendo mayores y dejaron el nido, Mª Cristina se dedicó a echar una mano en una guardería parroquial de manera altruista en la zona de San Blas. Enviudó en 1974 y entró a trabajar como médico pediatra en la Seguridad Social.





Fuente mve2esgm

UN AUDAZ ATRACO EN 1935 Capítulo 1

El ATRACO:

A las once de la mañana del día 30 de noviembre de 1935 se detuvo ante la puerta del Ayuntamiento (Casa de Cisneros) la camioneta municipal número 43417-M, conducida por Vicente Amor, domiciliado en la Calle Bravo Murillo 110, y en cuyo interior viajaban el auxiliar de Caja Elías Calderón Gómez,  de treinta y siete años, casado con domicilio en la Calle del Angel, 12; el mozo de Caja Sebastián Gómez Pérez,  de treinta y cinco años, casado con domicilio en la Calle Pedro Unanue, 98, y el empleado de la limpieza municipal, de cuarenta años, Álvaro García Fernández, con domicilio en la Calle San Rafael, 24 entonces Carabanchel Bajo. La camioneta regresaba del Banco de España donde el Auxiliar de Caja había extraído la cantidad de tres millones de pesetas, para pagar los sueldos de empleados y obreros del Municipio. Iba el dinero en grandes talegas , y los empleados  procedieron a descargarlas. Debido a lo céntrico del lugar y la hora,  eran numerosas las personas,   que circulaban por la Plaza de la Villa. En el vestíbulo se hallaban varios guardias de la Policía Municipal que en aquel tiempo iban desarmados.

 No habían comenzado los empleados a descargar las talegas del dinero, cuando dos sujetos llegaron hasta la camioneta ordenaron a los funcionarios que colocarán los brazos en alto y les entregase cuanto dinero portaban. El señor Calderón Gómez, protegió con sus brazos tres de las talegas y Sebastián Gómez Pérez y el barrendero Álvaro García Fernández hicieron frente a los atracadores. Entonces otros dos pistoleros - que estaban apostados en la esquina de la calle del Rollo - dispararon sobre los funcionarios municipales, quienes cayeron a tierra heridos, con excepción del chófer Antonio Amor y del guardia municipal Serapio Molina.

Los atracadores pudieron apoderarse de dos talegas, que contenían la cantidad de un millón y medio de pesetas, una con 800.000 pesetas en billetes de  de 50 pesetas y la otra 700.000 pesetas en billetes de 100 pesetas.... Siguiente Capítulo 2

 Camioneta que transportaba el dinero

Fotografía Martín Santos Yubero fecha 30 de noviembre de 1935.

Camioneta que transportaba el dinero

Fotografía Martín Santos Yubero fecha 30 de noviembre de 1935.

Vicente Amor, conductor de la camioneta que resultó ileso.

Fotografía Martín Santos Yubero.

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