miércoles, 7 de febrero de 2018

ANÉCDOTA EN UN CEMENTERIO

Sin pretensiones de biografía.

En el número 2 de la calle de Santa Teresa hay una lápida colocada por el Círculo de Bellas Artes en homenaje a José Zorrilla, quien falleció en ese lugar.
Nacido en Valladolid en 1817. A la edad de años de edad su familia se trasladó a Madrid y cursa estudios en el colegio más elitista de entonces: el Real Seminario de Nobles.
A la muerte de Fernando VII su padre es desterrado a Lerma. Entonces, el decide continuar sus estudios de leyes en Toledo. Su bohemia lo llevaría a prestar poca atención a la carrera dando prioridad al andar libre por las calles y los escritos poéticos.
A pesar de las quejas paternas, abandona definitivamente los estudios, dedicándose a la lectura de los clásicos y a asistir a tertulias y teatros. En un arranque de rebeldía se marcha a Madrid.
En 1837, su suerte se jugó al pie de la tumba de un suicida : Mariano José de Larra, a quien le dedica estos versos:

-Ese vago clamor que rasga el viento
-Es la voz funeral de una campana
-Vano remedo del postrer lamento
de un cadáver sombrío y macilento
que en sucio polvo dormirá mañana

En ese momento, lo invadió un intenso temblor, rompió a llorar, comenzo a vacilar y perdió el sentido. Roca de Togores tomó la cuartilla y continuó la lectura. Ese misma tarde su nombre fue repetido en todos los círculos literarios de Madrid.

Contrajo matrimonio con Matilde  O'Reylly,  diesiséis años mayor que. Poco después enviudó y fallece el hijo de esa relación. Viajes continuos a Méxic o y frecuenta  la corte del emperador Maximiliano de Austria, quien le nombra director del teatro Nacional. Viaja a Cuba donde escribió La Rosa de Alejandría y Dos rosas y dos  rosales.
En 1855 regresa a España en la Real Academia Española. Falleció en 1893.

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