Debe su nombre a los hermanos Rodrigo y García Abad, que tenían su casa con finca. Eran los hermanos personas de poseedores de una gran fortuna y gozaban de la consideración de todos los vecinos del barrio, ambos habían sido regidores de la villa. Pioneros y generosos benefactores de los teatinos en la vecina calle del Oso que ocupaban el convento de San Cayetano. Y ahora os cuento la LEYENDA :
Se cuenta que debido a la pobreza extrema lo los frailes que un día 7 de agosto, fiesta de su patrón San Cayetano, faltos de alimentos, se pusieron los religiosos a la mesa a la espera que llegasen los alimentos, como estos no llegaron, se pusieron en pie dando gracias a Dios como si hubiesen llenado los estómagos. Pero ante la casa de los hermanos Abad apareció un borriquillo, ignorándose su procedencia y que se negaba a abandonar el lugar. Conociendo los hermanos Abad de las necesidades de los teatinos, sacaron todo lo que tenían en su despensa y cargaron todo en el borriquillo, el animal al sentir el peso de los alimentos, sin que nadie le guiara, emprendió el camino hasta la puerta del convento. A su muerte, los hermanos Abades dejaron sus bienes para obras de caridad, lo que junto a su vida modélica ayudó a que su nombre perdurara en nuestro callejero.
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