viernes, 3 de julio de 2020

JULIO CALLES CUADRADO

 EL COADJUTOR DE CANILLAS
En 1933 escribe a sus parientes que le insultan por la calle y le llaman «cuervo», y explica que «nadie puede llegar a la extrema felicidad sin padecer», que todas las tribulaciones «nos vienen de Dios y son señales de su amor». El 12 de agosto de 1936 es avisado de que la Casa del Pueblo ha decidido su muerte para el día siguiente, pero Julio decide permanecer en la parroquia. Pasa la madrugada orando y celebra la Eucaristía. Por la mañana un grupo de milicianos lo mete en un saco y le clavan horcas y cuchillos hasta matarle. Su cuerpo nunca fue encontrado.
Fuente Biblioteca Autores Cristianos


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