es un episodio célebre de la Guerra Civil Española ocurrido en la Sede de la Alianza de Intelectuales Antifascistas en Madrid, en 1936. El conflicto surge por el fuerte contraste entre la situación de los soldados en el frente (donde participaba activamente Miguel Hernández) y el ambiente relajado y festivo que encontró a su regreso en la mencionada sede, donde Alberti y León tenían un papel relevante.
• Miguel Hernández, indignado al ver una mesa aún con restos de una fiesta mientras el frente sufría penurias, exclamó: "Aquí hay mucha puta y mucho hijo de puta", frase que, al ser la única mujer presente María Teresa León, fue tomada como una ofensa personal.
• María Teresa León reaccionó propinando un fuerte golpe (las versiones varían, pero la mayoría hablan de una bofetada o incluso un puñetazo) a Miguel Hernández, haciéndolo caer al suelo e incluso rompiéndole un diente según algunas fuentes.
• Desde ese momento, Hernández y los Alberti-León dejaron de hablarse y la enemistad marcó la relación entre ellos durante y después de la guerra.
Posteriormente, cuando Alberti trató de reconciliarse ofreciéndole a Hernández un lugar con ellos en su salida al exilio, el poeta rehusó secamente, prefiriendo regresar a su pueblo o al frente.
Este suceso es mencionado en diversos testimonios, pero algunos autores, como Ramón Fernández Palmeral, dudan de la literalidad del episodio de la bofetada, aunque lo cierto es que la ruptura personal y política existió.
En síntesis, el choque fue una mezcla de diferencias ideológicas, resentimiento por las circunstancias de guerra y personalismos, y está ampliamente documentado como un episodio delicado en la relación entre los tres escritores.
• Miguel Hernández, indignado al ver una mesa aún con restos de una fiesta mientras el frente sufría penurias, exclamó: "Aquí hay mucha puta y mucho hijo de puta", frase que, al ser la única mujer presente María Teresa León, fue tomada como una ofensa personal.
• María Teresa León reaccionó propinando un fuerte golpe (las versiones varían, pero la mayoría hablan de una bofetada o incluso un puñetazo) a Miguel Hernández, haciéndolo caer al suelo e incluso rompiéndole un diente según algunas fuentes.
• Desde ese momento, Hernández y los Alberti-León dejaron de hablarse y la enemistad marcó la relación entre ellos durante y después de la guerra.
Posteriormente, cuando Alberti trató de reconciliarse ofreciéndole a Hernández un lugar con ellos en su salida al exilio, el poeta rehusó secamente, prefiriendo regresar a su pueblo o al frente.
Este suceso es mencionado en diversos testimonios, pero algunos autores, como Ramón Fernández Palmeral, dudan de la literalidad del episodio de la bofetada, aunque lo cierto es que la ruptura personal y política existió.
En síntesis, el choque fue una mezcla de diferencias ideológicas, resentimiento por las circunstancias de guerra y personalismos, y está ampliamente documentado como un episodio delicado en la relación entre los tres escritores.
I.A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario