De la calle de Atocha a la plaza de Tirso de Molina
Toma su nombre, según tradición, de haber vivido en ella unos relatores de la Audiencia. En esta calle estaban las casas de la condesa de Miranda, con tribuna a la iglesia del convento de la Trinidad. Aquella dama estaba imposibilitada para andar y sus criados la llevaban en un sillón de terciopelo y plata con ruedas. Era señora de trato afable y tenia decorada su casa con un lujo oriental. Allí, en ocasión de una fiestas reales en la Plaza Mayor, se hospedó Felipe IV en el intervalo de la mañana a la tarde, siendo espléndidamente agasajado por la opulenta dama.
En esta casa se alojó cuando vino de Valladolid la venerable madre sor Jesús Mariana de San José, fundadora de la agustinas recoletas y primera priora del convento de la Encarnación.
Fuente: Las calles de Madrid de Pedro de Répide
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