De la Plaza de Puerta de Moros a la calle del Aguila
En tiempo de los árabes estaban aquí los despachos de vino, saliendo de Puerta de Moros a la izquierda, donde estaba el fondac moruno. Las tabernillas continuaron allí después de la dominación cristiana, y pertenecían al pueblo de Parla, que tenía el privilegio de surtirlas.
En esta calle hay un grupo escolar, y en los recuerdos madrileños es también célebre por haberse editado allí durante mucho tiempo las aleluyas y los romances de ciego. Y, en fin, toda la pintoresca literatura de cordel.
(Las calles de Madrid Pedro de Repide)
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