martes, 24 de abril de 2018

REAL FÁBRICA DE TAPICES

La  Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, de donde salieron obras primorosas como los tapices que sobre cartones de Goya visten hoy las estancias de los Reales Sitios o las alfombras que cubrieron los suelos del Congreso de los Diputados.  Su fundación data de 1720, bajo la monarquía de Felipe V, cuando Jacobo Vandergoten, maestro tapicero llegado de Amberes, recibe el encargo de establecer una fábrica de tapices en las inmediaciones de la Puerta de Santa Bárbara (hoy plaza de Alonso Martínez), en'un «viejo y destartalado caserón situado extramuros de la Puerta de Santa Bárbara, vulgarmente denominado Casa del Abreviador» . A los telares de bajo lizo allí instalados se sumaron otros de alto lizo que se encontraban en las viejas e insuficientes dependencias de la antigua fábrica de la calle de Santa Isabel. Esta y otras circunstancias, como los altos alquileres que el rey debía satisfacer por el arrendamiento de la casa del Abreviador, hicieron que, en 1749 se comprase ésta a su propietario, don Juan Manuel Fernández de Villegas, pagando por ella la cantidad de 153.000 reales de vellón.
Todos cuantos se refieren a aquel caserón lo describen las palabras de Madoz al decir que estaba «hecho de mampostería, albañilería y entramados de madera, sin ornato alguno de arquitectura», añadiendo que «el primitivo destino de esta casa fue para fábrica de pólvora» .
una de las salidas del norte de la ciudad, desde cuya Puerta de Santa Bárbara, llamada así por el convento inmediato que existía hasta su exclaustración en 1836, partía el camino de Hortaleza, tal y como aparece en el plano de Texeira (1656). No deja de ser interesante hacer
notar que en los terrenos a que nos estamos refiriendo como ocupados por la Fábrica de Tapices, Texeira dibuja ya una posesión cercada con casa importante y molino de viento. Toda esta zona «extramuros», deshabitada en el siglo XVII, conocería una nueva ordenación en la centuria siguiente . La necesidad de completar la ordenación urbana, por un lado, y lo
inadecuado de las instalaciones de la Fábrica, dieron por resultado el derribo del edificio y la venta de su solar.  la Real Fábrica de Tapices ya no seguiría llamándose de Santa Bárbara al trasladarse a la nueva calle de Fuenterrabía, abierta sobre el antiguo olivar de Atocha.

La inicial Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara

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