jueves, 21 de febrero de 2019

ENRIQUE IV Y ALGUNAS CALAMIDADES

Muchas calamidades asolaron la villa durante el reinado de Enrique IV. Primero fueron las grandes lluvias, caídas desde octubre hasta diciembre de 1434, que provocaron la crecida insólita del Manzanares y tremendas inundaciones. Las gentes creyeron hallarse ante un nuevo diluvio universal y huían espantadas. Luego, cuatro años más tarde, llegó la peste, que castigó duramente a la población durante siete horribles meses, rucrudeciéndose siete años después, como si de una maldición bíblica se tratase. Hubo tantos muertos y afectados por la enfermedad que fue necesario levantar un hospital " para cura y socorro de apestados" en la Puerta del Sol.
En el número dos de la Plaza de la Villa  una placa conmemorativa ofrece la siguiente inscripción: "En esta casa de los Luxanes edificio civil más antiguo de Madrid. Recordamos a Enrique IV (firmas 404). Benefactor de la villa Siglo XV". Enrique IV fue el primer monarca, que se sepa, en pasear de tapadillo por esas calles de Dios y frecuentar algunos lugares muy poco recomendables. Cuenta Montserrat del Amo que "salía a escondidas por la Puerta de Moros y se perdía por las callejuelas de nombres evocadores que hoy todavía se conservan Caños Viejos, Morería, Angosta de los Mancebos, del Granado, del Toro, del Alamillo" También por entonces la primera vez que se habló de maleficios reales, al no ser fecundas sus relaciones (siendo todavía infante) con Blanca de Navarra. Más adelante contrajo nuevo matrimonio con Juana de Portugal y de este enlace nació una niña, en Madrid, que recibiría el nombre materno. La Villa reaccionó como luego sería habitual en los nacimientos reales y hubo justas, juegos de cañas y alanceamiento de toros bravos.

En el próximo capítulo: "Destronamiento de un rey"

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