Antiguamente se llamó de la Cruz del Espíritu Santo. En tiempos de Felipe III habitaban aquel sitio gentes de mala vida; el tercer día de Pascua de Espíritu Santo un rayo redujo a cenizas tres o cuatro tiendas de unos moros, y en memoria de este incidente se puso allí una cruz de piedra con una paloma en el centro como de la hazaña del rayo; la cruz se denominó del Espíritu Santo, dando nombre a la calle.
Pasando Felipe IV una noche acompañado de dos gentiles hombres, cerca de la cruz fueron acometidos por unos hombres de quienes se defendieron con dificultad; el rey fue conducido al Alcázar y los nobles hicieron correr la voz de que el lance habia tenido lugar en una casa de mujeres públicas.
Al día siguiente se dijo que Felipe IV estaba enfermo de gravedad y se mandaron hacer rogativas en los templos. Los alcaldes prendieron a todos los vecinos del arrabal, siendo ajusticiados cinco en la Plaza Mayor y mutiladas las manos que se pusieron en palos frente a la cruz de piedra. Los reos, para que no sufriera desprestigio la fama del rey, no fueron juzgados por el verdadero delito, sino buscando el pretexto de un intento de robo en la casa del alcalde D. Felipe. La cruz se quitó en 1820.
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