(Enrique Poncela Jardiel)
Entre los años sesenta y setenta, con los ánimos mejor templados y los estómagos más agradecidos que en años anteriores, puede abrirse camino en Madrid un género teatral que precisa del sosiego y la bonanza para desarrollarse. Trátase de la comedia, que ha de ser degustada por públicos inteligetes y sensibles. Primeramente clásicos cultivadores del humor como Enrique Jardiel Poncela, Edgar Neville, Miguel Mihura y Antonio de Lara, a quien todo el mundo conoce por "Tono", que ya vienen de lejos, pero que en estos años arrollan en los escenarios madrileños con el estreno o la reposición de sus obras. Luego aparecen nombres como el de Victor Ruiz Iriarte o José López Rubio, y también Juan Ignacio Luca de Tena. Hasta la llegada de Alfonso Paso, verdadero fenómeno de la fecundidad escénica, que llegará a tener representándose simultáneamente más de media docena de obras suyas en los teatros de la capital.
(Alfonso Paso)
Alfonso Paso era hijo de Antonio, preferentemente autor de obras musicales y de una artista muy cumplidora a la hora de parir. Decíase de ella que era quien andaba más despacio de toda España, pues cada año "daba un Pasito". A Alfonso no le tomaron en serio, al principio, la crítica y el público. Había contraído matrimonio con Eva, la hija de Jardiel Poncela y, claro, las lenguas viperinas aseguraban de él que tiraba del cajón de su suegro para confeccionar sus comedias. Pero, a juzº1ºgar por la enorme cantidad de ellas que escribió, sin duda debía tratarse del " cajón de las sorpresas". En resumen, muchos cajones harían falta para emular tan vasta labor creadora.
Os dejo aquí este apunte y si os ha gustado y os apetece compartirlo.
Para saber más:
Historia de Madrid de Federico Bravo Morata
Historia de la Villa de Madrid de José Antonio Vizcaino
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