A espaldas de la Gran Vía – ruido y escayola hoy – se halla la encantadora plaza de las Descalzas Reales, con su famoso monasterio, pedernal, ladrillo, casi silencio y el pasado con una presencia que resulta obsesionante.
No es mi intención realizar una descripción más o menos detallada, de esta joya tan poco visitada, pero si – como siempre que pasamos por este lugar – la de evocar algunas figuras femeninas que vivieron entre sus clautros.
– La princesa doña Juana de Austria quí nació y fue bautizada – en el entonces palacio del tesorero del Emperador, don Alonso Gutiérrez -, reinó en Portugal y al morir su hijo don Sebastián en la descabellada aventura africana, regresó a Madrid, fundó este palacio-monasterio, donde vivió sus últimos años y donde dispuso que reposaran sus restos mortales.
– La archiduquesa Margarita de Austria, que dió calabazas al monarca de dos mundos para desposarse con un pobre crucificado.
Sor Margarita de la Cruz
– Sor Margarita de la Cruz, hija ilegítima de don Juan José de Austria, bastardo de Felipe IV nacido de su relación con la actriz María Calderón ” La Calderona”, y de la hija del pintor Ribera “El Españoleto”, quién a partir de la deshonra de su hija, aclaró su paleta, metiendo luz – la del dolor – en su marcado tenebrismo.
.Juan José de Austria
Por último quiero recordar que en la tristeza de las tardes madrileñas de los viernes santos, Un Cristo – el de Gaspar Becerra – transporta a otro Cristo – el Sacramentado – en recoleta procesión por los pasillos del claustro bajo.
GASPAR BECERRA. Cristo yacente. Monasterio Descalzas Reales, Madrid (Fot.www.oronoz.com)
Fuente: Leyendas y Anécdotas del Viejo Madrid de Francisco Azorin
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