Desde los tiempos de Juan II, a principios del siglo XV, viene ya haciéndose mención de la Plaza del Arrabal, extramuros de la puerta de Guadalajara, en el mismo sitio que ocupa hoy la Mayor y más central de la villa; aunque entonces debió ser de forma irregular y cercada de casas pobres, propias de un arrabal; pero a medida que este fue creciendo en importancia, y dedicándose al comercio la parte inmediata a la antigua entrada principal de la villa, fueron también renovándose aquellas y dando lugar a otras, generalmente destinadas a tiendas y almacenes, algunas construidas por cuenta de la villa, como lo fué la Carnicería y otras.En una real provisión del rey Felipe II " cometida al licenciado Cristobal de Toro para que informase que costaría hacer unas tiendas en la Plaza del Arrabal y si seguiría utilidad en hacerlas quedando su fábrica para los propios de la villa.
El estado de deterioro a que había venido la plaza a principios del siglo XVII, movió al rey don Felipe III a disponer su completa demolición y la construcción de una nueva, digna de la corte más poderosa del mundo. Con este fin dictó las ódenes a su arquitecto Juan Gómez de Mora, dándola por terminada en el corto espacio de dos años ( en 1619 ), ascendiendo su coste total a 900.000 ducados.
La relación de sucesos, unos trágicos, otros festivos, de que desde su construcción ha sido testigo esta plaza, sería larguísimos de enumerar aquí.
El primer suceso histórico tuvo lugar el 15 de mayo de 1620, celebrándose aquel día por la villa la beatificación del glorioso Isidro Labrador.
el 30 de Junio siguiente se procede a poner tasa en la plaza para las fiestas reales, señalando los siguientes precios:
12 ducados para los primeros
8 ducados para los segundos
6 para los terceros y cuatro para los cuartos
Todo ello se entendía por las tardes; pues el disfrute de las mañanas era para los inquilinos de las mismas casas.
Habiendo fallecido Felipe III el 31 de marzo de 1621, levantó Madrid, pendones por su hijo Felipe IV el 2 de mayo siguiente, celebrándose la ceremonia con gran ceremonial en la Plaza Mayor.
21 de octubre de 1621 fue decapitado don Rodrigo Calderón, marqués de Siete Iglesias.
19 de junio de 1622, se celebró la canonización de San Isidro, al mismo tiempo que las de Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Teresa de Jesús y Felipe Neri.
9 de setiembre de 1623 grandes festejos con motivo de la partida para Inglaterra del príncipe de Gales venido a España para solicitar la mano de la infanta doña María, hermana de Felipe IV.
No solamente se han celebrados festejos, también se han oficiado autos de Fe
21 de octubre de 1624, el reo Benito Ferrer, por fingirse sacerdote que fue quemado en el brasero de la puerta de Fuencarral.
En 1680 tuvo lugar otro auto de fe, el más prolongado y tremendo de los que se han celebrado en la plaza, se reunieron tribunales de varias ciudades de España para juzgar a ciento dieciocho reos, acudiendo al acontecimiento el rey Carlos II y la reina.
LOS NOMBRES:
Hasta 1812 se llamó Plaza Mayor en que se promulgó la Constitución de Cádiz, se colocó sobre el balcón de la Panadería una lápida con la inscripción de Plaza de la Constitución, solo dos años después, en 1814 se arrancó la placa y se puso en su lugar, para recibir a Fernando VII, otra con el nombre de plaza Real.
en 1820 con el resurgir del liberalismo, se llamó de nuevo plaza de la Constitucióń. Sirvió sólo dos años después como campo de batalla para las luchas entre la Milicia nacional y la Guardia real terminando con la derrota de la última.
En 1823, trás la entrada del duque de Angulema y del ejército francés se retiro nuevamente la placa sustituyéndola por otra con la inscripción de plaza Real.
En 1835, tras el motín del conde de Toreno se volvió a derribar la lápida y a colocar una que decía plaza de la Co stitución.
En 1873 se llamó plaza de la República y, poco más tarde se añadió a este nombre el de Federal.
En 1874 volvió a ser plaza de la Constitución. Finalmente, volvió a retomar su nombre original y con él la conocemos hoy,
Para saber más:
El Antiguo Madrid por Ramón de Mesonero Romanos
Leyendas de Madrid de Reyes García y Ana María Ecija.
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