Nace en Alcalá la Real, 29 de junio de 1901 – fallece en Madrid, 12 de julio de 1936. Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1919 en la que se gradúa en 1922 como alférez. Participa en la Guerra del Rif, donde por méritos de guerra consigue el grado de teniente. Después del desembarco de Alhucemas en 1925 se produce el final de la guerra y es destinado a la península, al Regimiento de Infantería de Alcalá de Henares.
Con la proclamación de la II Republica Castillos comienza un acercamiento a las ideas socialistas y durante la Revolución de 1934 se niega a reprimir a los obreros sublevados alegando: Yo no tiro sobre el pueblo. Es condenado a un año de prisión por un consejo de guerra.
Cumplida la condena se reincorpora y se afilia a la Unión Militar Republicana Antifascista UMRA donde se le encarga la instrucción de las milicias de las Juventudes Socialistas. Tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936 solicita su incorporación al Cuerpo de Seguridad y Asalto conocido popularmente como Guardia de Asalto, cuerpo policial creado en febrero de 1932 durante la II Republica y afín al régimen. Ingresa en el cuerpo el 12 de marzo del mismo año.
Durante los acontecimientos que se producen en el entierro del alférez De los Reyes, fallecido en los enfrentamientos del 14 de Abril de 1936 durante el desfile conmemorativo del 5º aniversario de la proclamación de la II Republica. Se producen diversos altercados en uno de ellos fallece Andrés Sáenz de Heredia, primo de José Antonio Primo de Rivera, existen dos versiones una que asegura que debido a los disparos de uno de los hombres de la sección de teniente Castillo y otra que es consecuencia de los tiroteos desde los tejados por militantes de extrema izquierda que sufre la manifestación durante su recorrido. También durante la manifestación resulta herido de gravedad José Llaguno Acha estudiante de medicina y militante carlista, por disparos del propio teniente Castillo.
A partir de ese momento el Teniente Castillo se convierte en uno de los principales objetivos de Falange y de los carlistas.
El 12 de julio durante una corrida de toros, es advertido por una compañera y militante socialista, Leonor Méndez, le avisa que corren rumores que esa noche se va a atentar contra su vida, pero el teniente Castillo, no hace caso y asegura que no conseguirán que se esconda. Esa noche cuando se dirige hacia el cuartel de Pontejos, donde presta servicio, al doblar la esquina de la calle Augusto Figueroa con Fuencarral, cuatro pistoleros de extrema derecha carlistas según el historiador Ian Gibson, o falangistas según Paul Preston, le disparan dándole muerte.
Su cadáver es trasladado a la Dirección General de Seguridad. En el cuartel se empiezan a concentrar militares, sindicalistas, guardias de asalto, diputados, amigos, familiares y simpatizantes del teniente Castillo. Se empieza hablar de venganza.
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