domingo, 23 de octubre de 2016

LA DEFENSORA DEL ALCAZAR

Estamos en 1520, la época en la que los Comuneros de Castilla se levanta contra el poder de Carlos I de España.

El corregidor de Madrid es Francisco de Vargas, aquél al que los reyes le consultaban cualquier tema desconocido para ellos y cuya frase se hizo famosa “Averigüalo Vargas“, aquel que provocó el motín del pan.


A Francisco de Vargas se le había encomendado la defensa del Alcazar. Un día tuvo que viajar hasta Alcalá de Henares, con el fin de conseguir socorro para poder defender la fortaleza. María Lago, su esposa, se quedó al mando de la resistencia.


Los comuneros, capitaneados por el bachiller Gregorio Castillo y Juan Negrete, de la colación de San Gines, ayudados por el pueblo madrileño, minaron el Alcázar por cuatro partes y para evitar ser repelidos, llevaban en la primera línea a hijos y familiares de los soldados que defendían la fortaleza. Cuando los comuneros pidieron a doña María que rindiera la plaza,
” porque una mujer no podía defender una fortaleza “, ésta, con bravura respondió: “Donde yo esté no ha de hacer falta alcaide “.Siguó resitiendo el asedio, aunque el Alcazar terminó cayendo. Los asaltantes se repartieron todas las armas que estaban custodiadas, 1600 lanzas, 2.500 picas y 2.000 armas de fuego respetando, el único desmán que cometieron fue el echar los muebles del corregidor acallebles, respetando la vida dela mujer.

Más tarde, Carlos I confirió a María Lago el mando honorífico del Alcazar de Madrid



Historia de Madrid: Federico Bravo Morata




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