Fotografía de S. Azpiazu hacia 1900 AMVG AZP-191
Muy a finales del año 1873, el veintitrés de noviembre, tiene lugar la inauguración del teatro Apolo, magnífico local situado en la acera de los impares de la calle de Alcalá, casi al lado de la iglesia de San José. La aparición del teatro Apolo, en esos momentos tan difíciles para Madrid y el resto de España, viene a ser como la del insólito rayo de sol en un lugar poblado por permanentementes nubarrones. Cuenta José López Ruiz en su Historia del teatro del Apolo y de la Verbena de la Paloma, que éste, con su primer nombre de teatro de Moratín se edificó sobre el solar del antiguo convento de San Hermenegildo, de carmelitas descalzos.
Fotografía del Conde de Polentinos hacia 1900 "elegancia delante del Apolo" FPH
Desde el primer instante se dispuso todo lo necesario para que el nuevo coliseo fuese el mejor de Madrid, excepción hecha del Real, pero aun aventajándole en algunos aspectos. "Con entrada directa de carruajes, a pie de escalinata, también eran dignas de admirarse las pinturas de Sans y Calot, el telón, magnífico, de Cecilio Pla, los grupos escultóricos de Duque, los herrajes de Bonaplata y Berthay y las escenografías de muchas temporadas debidas a Ferri y Busato. Parece que los arquitectos desearon también que el nuevo local fuese, sobre todo, un lugar de encuentro de la sociedad madrileña burguesa nacida de La Gloriosa." Tras varias peripecias para vencer la obstinada resistencia del clero, que aún consideraba el lugar como " tierra sagrada ", dado su origen y la vecindad inmediata del templo de San José, pudo abrir sus puertas en la fecha indicada este colosal teatro, llamándose desde un principio Apolo, no Moratín, lo que quizá acentuó el furor de sus detractores ante la desmedida muestra final de paganismo. Todo estaba tan politizado entonces que la noche de la inauguración acudieron ciertas damas luciendo en el pecho un medallón con la efigie del príncipe Alfonso. Se representaron dos obras a cargo de la compañía de Manuel Catalina,
Manuel Catalina pintado por Manuel Castellano
con Matilde Díez como primera actriz :
Grabado de Matilde Díez Museo Romántico
Casa con dos puertas mala es de guardar, de Calderón de la Barca y Ella es él, de Bretón de los Herreros.
Para saber más Historia de Madrid de Federico Bravo Morata
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